Tratamientos faciales: cuáles son mejores

 

 

 


El cuidado del cutis se remonta, como prácticamente todo lo vinculado a la estética, al antiguo Egipto, cuando, además de maquillaje, se empleaban elementos extraídos de la naturaleza para hidratar e incluso regenerar la piel de la cara.
En nuestros días, decir que el terreno de la estética facial avanza a pasos agigantados es casi un lugar común, pero no deja de ser cierto. Cada año surgen nuevas técnicas y tratamientos específicos, en especial relacionados con el rejuvenecimiento facial. Te hablamos de las opciones más punteras del momento.

Botox

Desde hace años, el botox es el rey de las técnicas de rejuvenecimiento facial poco invasivas. Un procedimiento sencillo y unos resultados visibles prácticamente de forma inmediata son las claves de su éxito. Eso sí, es clave elegir a un especialista. Las infiltraciones se realizan directamente en los músculos de la cara y provocan su relajación. Quien las realice ha de ser un experto en anatomía facial, alguien que sepa exactamente qué musculos ha de tratar.
 
Los efectos del botox perduran unos cinco o seis meses y se suele aplicar en la zona del entrecejo, para relajar la expresión de ceño fruncido que causa esa típica arruga del centro de la frente, y en el contorno de los ojos, sobre todo.

Ácido hialurónico

El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en el cuerpo humano. Por eso es uno de los rellenos faciales más utilizados, porque el organismo no lo interpreta como algo extraño. Al contrario, el ácido hialurónico es reabsorbible. Por eso, sus efectos no son permanentes, sino que se disipan al cabo de un periodo de entre 12 y 24 meses, dependiendo de la persona.
 
El procedimiento es sencillo: el ácido hialurónico se infiltra en las arrugas y líneas de expresión, que se rellenan al momento. Se trata de un tratamiento ambulatorio y no requiere anestesia. El contorno de ojos, la zona de alrededor de la boca y la zona nasogeniana son las áreas faciales más tratadas con ácido hialurónico.

Radiofrecuencia facial

La radiofrecuencia facial activa la producción natural de colágeno y elastina, lo que produce una mejora en la textura del rostro. A través de la máquina de radiofrecuencia, se produce un incremento de la temperatura en las capas más profundas de la piel. Es así como se estimula la creación de estas dos sustancias.

Láser resurfacing

Este tratamiento, también conocido como velo de novia, se basa en la aplicación de un láser que consigue renovar el cutis, es decir, generar una piel nueva. Por eso se emplea no solo para tratar arrugas, sino también marcas de acné, manchas o desigualdades de color y está especialmente indicado para rostros dañados por el sol. 
 
Este láser se aplica con diferente intensidad en función de los resultados que se pretenda conseguir. El inconveniente de la opción más agresiva es que la piel se renueva, literalmente, y el proceso de creación de una capa nueva dura en torno a una semana o 10 días. Luego, queda sonrosada durante un periodo que puede oscilar entre una y dos semanas más.

 

Hilos tensores

Los hilos tensores o japoneses son unos hilos muy finos hechos de un material reabsorbible por la piel que se introducen en el rostro creando una malla tensora. Este tratamiento combate la flacidez, el efecto "piel descolgada" que tanto envejece. 
 
Este también es un tratamiento ambulatorio, rápido y eficaz que, además, reactiva la producción de colágeno de manera natural. Los efectos duran alrededor de 12 meses, aunque, como en todos los casos, esto dependerá de cada persona

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